miércoles, 28 de agosto de 2013

Dilo y punto.

Te quiero, te quiero y te quiero. Podría repetirlo hasta quedarme sin voz o las palabras dejen de tener sentido. Podría escribirlo en alemán o en chino, del revés o con tinta invisible. Podría grabarlo sobre la corteza de un árbol, podría escribirlo sobre un puente o en un candado y tirar la llave al mar. Podría hacer que un avión lo escribiera en el cielo o que apareciese en un marcador en medio de un partido,como ocurre en las películas. También podría escribirlo sobre la arena o tatuarmelo en la frente, incluso pintarlo debajo de tu ventana. Podría escribirlo en una carta, podría grabarlo en una esclava y regalártela.
Pero no me gustan mucho los aviones, ni voy a ver partidos. No se ni chino ni alemán ni me gustan las agujas, y mucho menos encontraré tinta invisible. Seguramente ese árbol se tale algún día, que la marea arrastre la arena o que limpien la acera . Puede que algún día ese puente se derrumbe o que encuentre la llave en la orilla. Podrías perder la esclava o mis cartas podrían extraviarse.
Así que la manera más segura es decírtelo.



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